Open Road FS12

Estaba en el invierno de mi vida y los hombres que conocí a lo largo del camino eran mis cálidos veranos. De noche, me dormía con visiones en donde bailaba, reía y lloraba junto a ellos. Durante estos 7 años de estar en este camino que no tiene final, los recuerdos que tengo sobre ellos han sido lo único que me ha mantenido y mis únicos momentos felices. Yo era un Profesor, uno no muy popular; una vez tuve sueños de convertirme en un poeta, pero un plan y una serie de eventos desafortunados vieron esos sueños arruinarse y dividirse como un millon de estrellas en el cielo de una noche cualquiera a la que le pedía deseos una y otra vez, ella ahí centellante y destrozada. Nada de eso realmente me importó, pues siempre supe que hay que arriesgar el tener todo lo que siempre deseaste y luego perderlo para saber lo que verdaderamente es la libertad.

Cuando la gente que solía conocer se dió cuenta de lo que había estado haciendo y cómo había estado viviendo me preguntaban por qué, pero descubrí que no tenía sentido hablarle a la gente que tiene un hogar. No tienen la mínima idea de lo que es buscar protección en otra gente, o un hogar en donde poder recostar tu cabeza. Siempre fui un chico poco común, mi madre de dijo que tenía el alma de un camaleón, y que carecía de una brújula moral apuntando hacia un norte y de una personalidad definida, que tenía sólo un toque de indecisión que era tan amplio y vacilante como el océano.

Si dijera que no planeé que todo esto sucediera de esta forma, estaría mintiendo porque yo nací para ser el "otro" chico que perteneció a nadie, que perteneció a todos, que tenía nada, que lo quería todo, con una llama dentro por cada experiencia, con una obseción por la libertad que lo aterrorizaba hasta el punto de que incluso no podía hablar sobre ello y que lo arrastraba a un errante punto de su locura que lo deslumbraba y alocaba al mismo tiempo.

Todas las noches solía rezar poder encontrar a mi gente. Y finalmente lo hice en este camino abierto. Teníamos nada que perder, nada que ganar, nada más que desearamos, excepto transformar nuestras vidas en una obra de arte.
Vive rápido, muere jóven, se salvaje, y diviértete. Creo en el país que chile solía ser. Creeré en la persona que quiero ser. Creo en la libertad de un camino abierto y sin final. Y mi lema sigue siendo el mismo. Creo en la bondad de los extraños. Y cuando estoy en guerra conmigo mismo, viajo, sólo viajo. ¿Quién eres? ¿Estás en contacto con tus más oscuras fantasías? ¿Has creado una vida para ti mismo donde las puedas experimentar? Yo sí. Estoy completamente loco, pero soy libre.